¿Qué es la psoriasis?

La psoriasis es una afección cutánea que causa parches escamosas sobre la piel.

En las formas más leves se puede tratar con una rutina adaptada con un exfoliante corporal y cremas hidratantes, no obstante, en condiciones más severas es necesario la consulta con un especialista.

Dependiendo del tono de la piel estas manchas pueden verse de color rojas-rosadas con escamas blancas o plateadas o, por el otro lado, manchas de color purpura o marrón oscuro con escamas grises.

Estos parches normalmente aparecen en los codos, las rodillas, el cuero cabelludo y la zona lumbar, pero pueden mostrarse en cualquier parte del cuerpo, sobre todo, las zonas propensas a la sequedad.

La mayoría de las personas solo se ven afectadas por pequeños parches, aunque, en algunos casos, pueden causar picazón o dolor.

La psoriasis afecta a alrededor del 2% de la población y sus signos puede comenzar a cualquier edad. No obstante, con mayor frecuencia se desarrolla en adultos entre 20 y 30 años o entre 50 y 60 años sin hacer distinciones de género.

Como la mayoría de las afecciones de la piel, la gravedad de la psoriasis varía mucho de una persona a otra. En algunos casos puede manifestarse solo como una irritación menor, pero en otras ocasiones puede causar un gran impacto en la calidad de vida.

La psoriasis es una enfermedad de larga duración (crónica) que generalmente involucra períodos en los que no se tiene síntomas o tiene síntomas leves, seguidos de períodos en los que los síntomas son más graves.

Cuáles son las causas de la psoriasis

Las personas que desarrollan psoriasis tienen una mayor producción de células de la piel.

Las células de la piel normalmente se producen y reemplazan cada 21 o 28 días, pero en las personas que padecen de psoriasis este proceso generalmente se realiza de 3 a 7 días.

La acumulación de células de la piel es lo que crea los parches o las placas elevadas, en ocasiones escamosas, y, aunque el proceso no se entiende completamente, se cree que está relacionado con un problema con el sistema inmunológico.

El sistema inmunológico se encarga de la defensa del organismo contra enfermedades e infecciones, sin embargo, en el caso de la psoriasis, ataca por error a las células sanas de la piel.

Investigaciones recientes han encontrado que los cambios en la piel que causan la psoriasis comienzan en el sistema inmunitario cuando ciertas células inmunitarias (células T) se activan y se vuelven hiperactivas.

Las células T actúan como si estuvieran luchando contra una infección o tratando una herida, lo que las lleva a producir sustancias químicas inflamatorias, lo que de nuevo conduce al rápido crecimiento de las células de la piel que provocan la formación de placas psoriáticas.

Por lo tanto, es posible que escuchar que la psoriasis se describe como una “enfermedad autoinmune” o una “condición inmunomediada”

La psoriasis, en muchas personas, comienzan o empeora a causa de un determinado evento, conocido como desencadenante.

Los posibles desencadenantes incluyen una lesión en la piel, estrés, ansiedad, infecciones, cambios hormonales y el uso de ciertos medicamentos.

La alteración no es contagiosa, por lo que no se puede transmitir de persona a persona y, a pesar de no ser hereditaria, los antecedentes familiares juegan un papel muy importante.

Tratamiento de la psoriasis

No existe una cura para la psoriasis, pero algunos tratamientos pueden mejorar los síntomas y la apariencia de los parches en la piel.

En la mayoría de los casos, el primer tratamiento utilizado será un tratamiento tópico con un exfoliante corporal que favorezca la eliminación de las células acumuladas junto con un bálsamo reparador de hipérico o una crema ultra hidratante, no comedogénica, como los análogos de la vitamina D.

Si estos no son efectivos, o la condición es más grave, se puede utilizar un tratamiento llamado fototerapia. La fototerapia consiste en exponer la piel a ciertos tipos de luz ultravioleta para tratar de mejorar su aspecto.

Solo en los casos más severos, donde los tratamientos anteriores no son efectivos, se pueden usar medicamentos orales que funcionan en todo el cuerpo.

Vivir con psoriasis

A pesar de que la psoriasis puede ser solo una irritación menor para algunas personas, puede generar un impacto significativo en la calidad de vida de las personas más gravemente afectadas.

También es bastante habitual desarrollar dolor, sensibilidad e hinchazón en el tejido conectivo y las articulaciones. Esta condición se conoce como artritis psoriásica y es una complicación de la psoriasis donde es imprescindible acudir a un especialista.