Protección Solar Mineral

El sol es un elemento que agrada a la mayoría de las personas. Su luz aporta vitalidad, calor y alegría, no obstante, la exposición excesiva al sol puede dañar significativamente la piel humana.

El calor del sol seca las áreas de piel que se encuentran desprotegidas y agota el suministro de aceites lubricantes naturales de la piel. Además, la radiación ultravioleta (UV) del sol puede causar quemaduras y cambios a largo plazo en la estructura de la dermis.

En este aspecto, la protección solar natural es indispensable para evitar que el sol dañe la piel y empeorar las alteraciones ya existentes.

El bronceado es una reacción de la piel ante el sol al tratar de proteger al organismo. Con la luz del sol la piel produce más melanina y se oscurece. El bronceado se desvanece cuando las nuevas células se mueven a la superficie y las células bronceadas se desprenden.

Un poco de luz solar puede ser buena siempre que se tenga la protección adecuada contra la sobreexposición ya que es la fuente principal de vitamina D.

Sin embargo, una exposición excesiva a los rayos ultravioleta o UV puede causar quemaduras solares. Los rayos ultravioleta penetran las capas externas de la piel y golpean las capas más profundas de la dermis donde pueden dañar o degenerar las células de la piel.

Las personas, especialmente aquellas que no tienen mucha melanina y que se queman fácilmente con el sol, deben protegerse a diario. Se puede proteger cubriendo las áreas sensibles, usando protector solar, limitando el tiempo total de exposición y evitando el sol entre las 10 y 15 horas.

La exposición frecuente a los rayos ultravioleta durante muchos años es la principal causa de cáncer de piel y no se debe tomar a la ligera.