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Fructaid es un producto para la intolerancia a la fructosa que contiene la enzima glucosa isomerasa. Contribuye a que en el intestino delgado la fructosa se convierta en glucosa fácilmente absorbible.
Ayuda a evitar/aliviar los problemas digestivos causados por la malabsorción de la fructosa.
Se comercializa en 2 tamaños de presentación: 30 y 120 cápsulas.
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Es un suplemento de enzimas fomulado para la intolerancia a la fructosa. Ayuda a evitar/aliviar los problemas digestivos causados por la malabsorción de la fructosa.
Las personas que no toleran la fructosa encontrarán un apoyo en este producto para mejorar sus molestias y aumentar el confort digestivo.
Se trata de un producto patentado que contiene la enzima glucosa isomerasa.
Contribuye a que en el intestino delgado la fructosa se convierta en glucosa fácilmente absorbible.
La fructosa es el azúcar presente de forma natural en las frutas, verduras, cereales, caña de azúcar, miel y en pequeñas cantidades en algunas hortalizas.
Actualmente la fructosa se utiliza como edulcorante artificial y está presente en muchos más productos alimentarios y medicamentos, ya que es más dulce que el azúcar.
La puedes encontrar en la composición de refrescos, zumos comerciales, caramelos, bollería, platos preparados y en todos los productos denominados “sin azúcar añadido”.
La fructosa se absorbe en el intestino delgado mediante un transportador específico (GLUT5) y pasa a sangre gracias a otro transportador (GLUT2) no específico, que transporta también glucosa y galactosa.
Su uso generalizado como edulcorante y el mayor consumo de alimentos producidos industrialmente, así como frutas y jugos de frutas, son responsables del hecho de que la cantidad de fructosa, que se consume diariamente en el mundo occidental con alimentos, ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. Como resultado, muchas personas hoy sufren de problemas digestivos relacionados con la fructosa.
En medicina se diferencia principalmente entre la intolerancia a la fructosa, muy extendida y causada por una absorción insuficiente en el intestino delgado (la llamada "intolerancia intestinal a la fructosa"), y la intolerancia hereditaria a la fructosa, muy poco común.
En la intolerancia a la fructosa habitual, debida a una absorción insuficiente, la fructosa ingerida con los alimentos no se absorbe en el intestino delgado y pasa al intestino grueso. Por eso se habla de una malabsorción de la fructosa. En el intestino grueso, las bacterias intestinales someten la fructosa a un proceso de fermentación que produce gases y, en ocasiones, una mayor entrada de agua. Tras el consumo de alimentos que contienen fructosa, en las personas afectadas esto provoca problemas digestivos, como dolor de estómago, cólicos, flatulencia, sensación de plenitud, un mayor impulso de defecar o diarrea.
Los síntomas de intolerancia a la fructosa a menudo aparecen horas después de consumir alimentos que contienen fructosa, como frutas, verduras, jugos de frutas y alimentos que contienen azúcar de mesa normal. Por lo tanto, en muchos casos, las personas involucradas no establecen ninguna relación entre sus molestias que ocurren en la tarde o en la noche y el jugo de fruta consumido a la hora del almuerzo o el café, té o pastel endulzado con azúcar.
Asimismo, por la similitud de los síntomas, es frecuente que esta patología se confunda con el síndrome del colon irritable. Se desconocen las causas exactas y puede aparecer sin motivo aparente a cualquier edad. Sin embargo, se sabe que suele cursar con intolerancia a la lactosa. Esto significa que muchas de las personas afectadas no toleran bien ni la lactosa ni la fructosa.
Por otra parte, la intolerancia hereditaria a la fructosa es un trastorno metabólico muy raro (incidencia aprox. 1:20.000), que se manifiesta ya en los primeros dos años de vida. En los afectados, la fructosa se absorbe normalmente en el intestino delgado, pero la deficiencia de una enzima en el hígado impide su correcta metabolización. Fructaid no está indicado para su administración en caso de intolerancia hereditaria a la fructosa.
A los pocos minutos tras su ingesta, la cápsula se disuelve en el estómago y libera los gránulos de glucosa isomerasa que contiene. Allí se mezclan con el quimo (masa en que se transforman los alimentos dentro del estómago por efecto de la digestión), pero aún están protegidas del ácido del estómago por un recubrimiento. Posteriormente, los gránulos de glucosa isomerasa alcanzan al intestino delgado donde despliegan su acción. La enzima liberada de los gránulos convierte la fructosa en glucosa fácilmente absorbible en el intestino, evitando así la indigestión.
La enzima glucosa isomerasa contenida en Fructaid no es de origen animal. Se produce exclusivamente con la ayuda de bacterias, es decir, su origen es microbiano y es apta para vegetarianos y veganos.
Fructaid se presenta en envases de 30 y 120 cápsulas.
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INGREDIENTES (INCI) |
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Otros ingredientes: celulosa, hipromelosa, copolímero de ácido metacrílico-acrilato de etilo (1:1) dispersión al 30%, talco, hidroxipropilmetilcelulosa, trehalosa*, citrato de trietilo, E 171. * La trehalosa es una fuente de glucosa. |
La dosis de Fructaid es de 1 a 4 comprimidos unos minutos, aproximadamente 5 minutos, antes de cada comida que contenga fructosa.
Se pueden tomar, si es necesario, hasta cuatro veces al día entre 1-4 cápsulas acompañadas de líquido unos minutos antes de ingerir alimentos con fructosa.
Alternativamente, también puedes abrir las cápsulas y tomar los gránulos contenidos acompañados de líquido y sin masticarlos justo antes de ingerir los alimentos con fructosa. Para ello presione ligeramente la cápsula y separe las dos partes tirando de ellas al mismo tiempo.
Los niños con una estatura a partir de 100 cm no deben tomar más de 10 cápsulas (o su contenido) al día y siempre lo harán bajo supervisión médica.
No debe superarse la dosis diaria expresamente recomendada para este suplemento.
Este producto NO contiene gluten, azúcar, fructosa ni lactosa.
Es apto para vegetarianos y veganos.
Fructaid no está diseñado para su uso en la intolerancia hereditaria a la fructosa.
Los diabéticos deben usarlo solo bajo supervisión médica.
Uso por mujeres embarazadas, mujeres lactantes y niños solo después de consultar con el médico y bajo su supervisión.
Conservar en un lugar fresco y seco, fuera del alcance de los niños.
El uso de este producto debe acompañarse de una dieta adecuada.
Las mayores fuentes de fructosa son principalmente (por orden alfabético):
100 gr de las siguientes frutas contienen relativamente poca fructosa:
Los complementos alimenticios, como Fructaid, no deben utilizarse como sustitutos de una dieta equilibrada.
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